viernes, 24 de febrero de 2012

Disfruta Lisboa

Lisboa, capital de Portugal, está situada junto al Atlántico. En mi viaje utilicé el avión como medio de transporte. Llegando al Aeropuerto de Lisboa, disponemos de autobuses que llevan al centro de la ciudad, aunque coger un taxi resulta práctico, pues no es excesivamente caro, facilita el transporte del equipaje y nos ayuda a llegar antes a nuestro hotel.
Lisboa, al igual que otras míticas ciudades, se encuentra en medio de siete colinas que cuentan con sus correspondientes  miradores desde los que podemos contemplar la ciudad.
Os recomiendo para alojaros el Hotel HF Fénix, situado en la Plaza del Marqués de Pombal. Este hotel merece la pena por su relación calidad-precio, así como por su buena comunicación.
Para moveros por Lisboa os recomiendo utilizar el transporte público, porque me pareció cómodo, rápido, moderno y económico. Es muy importante que os hagáis lo antes posible con la tarjeta de transporte, Siete Colinas o Viva Viagem que sale bastante económica, es recargable  y con ella os podréis mover por el transporte público de toda la ciudad.
Y ahora llega el momento de conocer Lisboa. Desde Marqués de Pombal se puede coger el Metro, que os llevará a la Baixa do Xiado, uno de los centros turísticos de Lisboa, aunque yo os recomiendo una alternativa, al menos para el primer día: bajar desde la Plaza del Marqués de Pombal por la Avenida da Libertade, que sería algo así como “la Castellana Lisboeta” para ir familiarizándoos con la ciudad. Bajando nos encontraremos lugares como  la Estación Do Rossio, una estación de tren con una fachada que me llamó mucho la atención, porque desde fuera parecía una iglesia; otro lugar de interés con el que nos toparemos es el Elevador de Santa Justa, una especie de ascensor  planificado por uno de los alumnos del francés Gustave Eiffel y desde donde se  tiene unas bonitas vistas de la ciudad.
Llegamos a La Plaça do Comercio, uno de los lugares más míticos de Lisboa abierta por uno de sus laterales al océano. En uno de los soportales de la plaza está la Oficina de Información de Lisboa, donde podréis haceros con más información. También aquí encontraréis  otra característica imagen lisboeta, los tranvías, con los que podréis llegar a varios puntos turísticos de interés.
Cerca de aquí se encuentra el Ayuntamiento de Lisboa, el cual merece la pena visitar, debido a su imponente fachada.

A continuación  os recomiendo que vayáis a uno de mis lugares favoritos: el barrio de La Alfama, donde hay mucho que ver. La Alfama se encuentra en una de las siete colinas de Lisboa. Es curioso ver como el barrio está repleto de calles estrechas y empinadas cuestas, adornadas casi todo el año con flores por sus vecinos. En lo más alto de la Alafama nos encontraremos con el Castelho de Sao Jorge, una fortificación que domina la ciudad desde lo más alto. Merece la pena saborear  una buena Sagres (mi cerveza favorita portuguesa) mientras disfrutamos de unas grandes vistas de la ciudad. Antes de bajar no podéis dejar pasar la oportunidad de visitar el Mirador de Santa Luzia, donde también podréis contemplar magníficas  vistas. Bajando de nuevo a la ciudad nos encontraremos con la Catedral de Lisboa, una imponente masa de piedra que resiste el paso del tiempo.
Otra zona de la cuidad que merece la pena visitar es el barrio de Belem, donde encontramos tres importantes monumentos: La torre de Belem, uno de los más conocidas imágenes de Lisboa; el Monumento aos Descobimentos y el Mosterio dos Jeronimos, donde está enterrado unos de los más legendarios descubridores portugueses, Vasco da Gama.
Por último, como no todo va a ser visitar monumentos, os recomiendo que  os paséis a cenar y  tomaros una cerveza (o lo que sea) por el Bairro Alto. Este barrio es muy parecido a “nuestro Malasaña”, aunque con un toque más clásico. Siempre está lleno de gente y sorprende ver cómo los bares casi siempre están vacíos  y no por que no haya nadie, si no porque la gente prefiere disfrutar sus consumiciones tomando el aire. Un lugar indispensable para tratar de  conocer mejor  a los portugueses: La Tasca do Chico, un bar-restaurante donde podréis disfrutar  de los famosos fados portugueses,   por un módico precio. Eso sí, id pronto, que siempre se llena.


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