miércoles, 7 de marzo de 2012

UNA SEMANA ACTIVA EN BENASQUE

Hace cinco años hice un viaje durante las vacacione de semana santa a Benasque, un pueblo que se encuentra entre las perfiladas laderas de las montañas pirenaicas. Este viaje lo hice con mi familia y nos hospedamos en una casita situada en un camping que se  hallaba a unos tres kilómetros del pueblo.
El camping contaba con tiendas de campañas en su gran totalidad del terreno, en otro espacio más reducido había bungalows de madera y por último una casita de piedra que fue donde nos hospedamos mi familia y yo. Además el camping contaba con piscina,  supermercado y una oficina turística donde recogimos información sobre las posibles actividades para realizar en los Pirineos.

A lo largo de estos días, hicimos diversas actividades relacionadas con el deporte como esquí, rafting, senderismo, montar a caballo, etc, ya que los Pirineos cuentan con numerosos recursos para la práctica de este turismo activo deportivo.

Los tres primeros días,  practicamos esquí  en las pistas de Cerler, ubicadas en uno de los puntos más altos de los Pirineos y muy cerca del pico Aneto. Mientras esquiaba pude sentirme libre y logré evadirme de la monotonía diaria. Fue genial sentir como el aire fresco y puro me rozaba la cara mientras me deslizaba por las laderas de las montañas y todo ello envuelto en un paisaje natural, sin ruidos ni contaminación como los hay en la capital.

El cuarto día, por la mañana nos desplazamos en coche hasta unas praderas cercanas al camping y fue allí donde contratamos un paseo a caballo. Previamente nos dieron instrucciones básicas para saber controlar al caballo y posteriormente iniciamos el paseo guiado por senderos entre las montañas, el cual duró dos horas. Fue un paseo muy entretenido ya que a la vez que iba observando el paisaje iba disfrutando del caballo.
Al finalizar el paseo a caballo nos fuimos hasta las orillas del río Ésera que desciende por las montañas aragonesas, y allí contratamos un paseo por el río para hacer rafting. El descenso fue rápido ya que bajaba muchísima agua, con mucha fuerza. Era la primera vez que practicaba este deporte y me lo pase tan bien disfrutando de cómo la balsa se iba moviendo de un lado a otro e iba pegando saltos con los desniveles del agua, que estoy segura que algún día volveré, además se descarga mucha adrenalina.
El quinto día continuamos la carretera del camping más al norte hasta llegar al Parque Natural Posets-Maladeta donde se abrían diferentes rutas para realizar ya fuera andando,  en bicicleta u otros medios. Nosotros elegimos  hacer andando la ruta que llegaba hasta un antiguo refugio, que durante la estación de invierno suele quedar sepultada bajo la nieve. El comienzo fue exclusivamente ascenso y tardamos cuatro horas para subir hasta el refugio. El descenso nos llevó tan solo dos horas. Durante este paseo pude disfrutar plenamente  de los paisajes ya que desde lo alto se podía observar todas las montañas con sus cumbres llenas de nieves y sus bosques. Eso si, hacía mucho frío porque estábamos a una altitud alta y además corría una brisca fresca.

Los días siguientes los dedicamos a visitar Benasque, un pueblecito montañero con sus típicas casitas de madera y  piedra y con las calles empedradas. Nada más llegar allí fue como si me hubiera adentrado en un cuento o en una película por el ambiente familiar y acogedor que desprendía. Al ser un pueblo cercano a una de las pistas de esquí más importantes de España, pude ver que albergaba muchos hoteles y apartamentos que seguían el modelo de construcción del pueblo. También contaba con numerosos restaurantes que ofrecían sobretodo platos típicos montañeros o de invierno como por ejemplo la sopa benasqueña o los estofados. Como es un pueblo muy turístico, la población autóctona, está  acostumbrada al trato con turistas, por lo que nos atendieron muy bien y me hicieron sentir como en casa.

No  solo me lo pase bien porque disfrute estando con mi familia, sino que me lleve recuerdos, sensaciones y experiencias irrepetibles (por lo menos en Madrid) y durante unos días pude sentir la libertad que ofrece la naturaleza y que a veces anhelo tanto.

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