miércoles, 7 de marzo de 2012

Lanzarote, un viaje inolvidable

 El pasado verano, realicé un viaje con mi familia a esta preciosa isla española, perteneciente a las estupendas islas Canarias situadas en el Océano Atlántico. Lanzarote, es la isla más cercana a la península y posee como el resto de las islas, un clima envidiable durante todo el año.
   Durante mi semana de vacaciones, pude apreciar la gran riqueza, variedad y diversidad de sus paisajes; es una isla de origen volcánico, lo que caracteriza a su tierra en muchos casos de color negro, rojo intenso aunque también encontramos otras playas de arena fina blancas. Además sus aguas son perfectas para realizar buceo y submarinismo por la gran diversidad en especies marinas, al igual que vela, surf, windsurf o kitesurf, por la frecuencia de sus vientos alisios sobre todo al norte de la isla.
   Nosotros preferimos tumbarnos al sol en las hamacas disfrutando de un maravilloso paisaje paradisiaco mientras soplaba una suave brisa.
   No hay que olvidar, que además de ser un sitio idóneo para disfrutar del sol y la playa, Lanzarote también posee otros lugares de gran interés como Los Jameos de Agua, se trata de una cueva donde vemos en el interior del agua el cangrejo ciego, único en el mundo, el Lago Verde, los Hervideros, La Cueva de los Verdes o el Parque Nacional del Timanfaya, donde podemos apreciar el espectacular paisaje volcánico. Resalta además en todo el territorio de la isla, la obra del arquitecto César Manrique que aportó a la isla de numerosos recursos como: El Jardín de Cactus, con numerosas especies tanto locales, nacionales e internacionales, el monumento al Campesino o el Mirador del Río, de éste último cabe destacar las increíbles vistas que obtuvimos de la pequeña isla de La Graciosa, muy cercana a Lanzarote, al norte de la isla.
     Lanzarote, sin duda, es un destino espectacular por su riqueza natural, pero también en este viaje que realizamos, visitamos algunas de las zonas más bonitas a nivel cultural y rural. Como es el pueblo de Teguise,  antigua capital de la isla, destaca la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, del s. XVI y sus características casas blancas. Además, el mercadillo de Teguise es uno de los más conocidos y bonitos de la isla, donde disfrutamos de sus productos artesanos, sus telas de colores y tejidos característicos, al igual que su rica gastronomía destacando sobre todo sus hortalizas, vinos y salsas tan conocidas como el mojo picón. Otro de los sitios, que merece la pena visitar en su capital, Arrecife, con su castillo/fortaleza San Gabriel del siglo XVI. En todos los lugares donde fuimos cabe destacar la amabilidad y cordialidad de sus gentes.
Aunque Lanzarote, se caracteriza por ser una isla con muy poca flora, debido a sus escasas precipitaciones, esto no impide que los agricultores puedan cultivar en esta tierra volcánica hortalizas y vides. El cultivo de la vid lo realizan de una forma muy particular, haciendo semicírculos de piedra que protege cada una de las vides del viento y ayuda a recoger mejor el agua, este cultivo lo encontramos en El Parque Natural de La Geria, donde paramos con nuestro coche un instante a contemplar este curioso y bello paisaje que nos muestra la capacidad que tiene el hombre para hacer frente a las dificultades y sacando provecho de las oportunidades que le da esta tierra, a diferencia de lo que mucha gente puede pensar, es una tierra característica por su permeabilidad y rapidez en el crecimiento de las plantas.
   Nuestro viaje a Lanzarote, fue una experiencia especial, única y sin duda, volvería a repetir en otra ocasión.

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